Tras dos jornadas de "gran tute", al fin un día de mediano descanso. Los despertadores sonaron más tarde y hubo incluso quiénes pasearon por la playa antes de la salida de "La Tafallesa" hacia le Villa de Cudillero. Este pueblo de pescadores es famoso por ser uno de los pueblos más bonitos de España. Construido sobre colinas, las calles son -literalmente- escaleras. Todas desembocan en el pequeño puerto que constituye la única parte llana del pueblo.
Así tras visitar el casco Urbano, la Parroquia y el faro, nos dirigimos a la parte alta para disfrutar del almuerzo que en esta ocasión se trataba de una deliciosa mariscada, que el coro supo saborear.
Tras la más que agradable sobremesa, volvimos al autobús, para visitar Avilés de la mano de Rubén Diéz, compositor avilesino y uno de los directores de la Capilla Polifónica Ciudad de Oviedo.
Allí pudimos ver los numerosos soportales, la majestuosa Plaza del Ayuntamiento, el palacio Ferrara, la Igleisa de san Nicolás, donde conversamos un rato con su párroco Don Ángel Garralda, natural del Valle del Baztán. Visitamos también el barrio de sabugo, la casa y estatua de "la Monstrua" y pudimos disfrutar de una cata de sidra en la recién inaugurada plaza del mercado. Tanto a la llegada como a la salida, pudimos contemplar la maravillosa e imponente obra de El Centro Niemeyer, obra del centenario arquitecto brasileño Oscar Niemeyer y en la que han colaborado con alguna obra arquitectos Navarros. Así pues terminamos la jornada de nuevo en el hotel en Gijón, donde tras la cena dimos un paseo nocturno por la ciudad.